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Javier García Fernández (Ahora Andalucía): "La izquierda y el andalucismo siempre han sido espacios fronterizos"

El candidato andalucista a las europeas reflexiona en esta entrevista: "Estamos construyendo ese andalucismo de urgencia que quiere crear conciencia en la sociedad andaluza de la necesidad de un instrumento político".

Javier García Fernández, candidato de Ahora Andalucía.
Javier García Fernández, candidato de Ahora Andalucía. Cedida / Público

Javier García Fernández, almeriense de origen, hoy profesor de historia contemporánea en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, es el candidato de Ahora Andalucía a las europeas. Es una plataforma andalucista que nació para agitar el caldero andalucista. Y que al final, tras la renuncia táctica de Adelante Andalucía, que lo que busca es consolidarse en el Parlamento autonómico, ha decidido concurrir a los comicios.

En esta entrevista, García Fernández afirma que el objetivo es darle la vuelta sensación de orfandad que se produjo en el movimiento andalucista tras la decisión de Adelante de ir a las generales solo por Cádiz. "Después del golpe de las municipales y después del golpe de las generales, muchos reflexionamos que el andalucismo nítidamente de izquierdas necesitaba confluir".

Lograr un eurodiputado se revela como una empresa muy difícil, si se atiende a las cifras. En las últimas elecciones europeas, en 2019, cada eurodiputado español tuvo que contar con una media de apoyo de 376.429 votos, según un trabajo de Europa Press. Por dar una referencia de la implantación hoy del andalucismo: en las últimas autonómicas en Andalucía, en 2022, Adelante obtuvo casi 168.000 votos, el 4,58%.  Andalucía por Sí, integrado esta vez en Ahora Andalucía obtuvo 24.000 sufragios en las europeas de hace cinco años.

La idea de Ahora Andalucía es la siguiente: "Estamos construyendo ese andalucismo de urgencia que quiere darle la vuelta a esa tendencia y crear conciencia en la sociedad andaluza de la necesidad de un instrumento político. Entonces el primer objetivo es revertir la tendencia de crisis del andalucismo y que haya unos resultados positivos", afirma García Fernández.

¿Qué es Ahora Andalucía?

Es una plataforma electoral, una candidatura de candidaturas, que reúne a más de nueve grupos fundamentalmente municipalistas, aunque también está gente que procede de sindicatos y de plataformas culturales. Es una plataforma que llama la atención sobre la necesidad de un andalucismo de urgencia. Ahora aborda estas elecciones europeas con una llamada a la construcción de una vía amplia andalucista, un espíritu que también estaba en Adelante. Trata de reconstruir un espacio progresista de todo el arco político andalucista.

¿Ahora Andalucía existiría si no se hubiera producido la renuncia de Adelante Andalucía a participar en estas elecciones europeas?

Creo que todo el andalucismo que hemos conocido siempre ha tenido una vocación de transversalidad y de confluencia. Desde el PSA al PA, a Convocatoria por Andalucía, que luego dio lugar a Izquierda Unida, el primer Adelante y después de su refundación. Esa característica siempre ha estado presente. Tanto Andaluces Levantaos el intento que hubo en las pasadas autonómicas, como Ahora Andalucía han tenido esa perspectiva de espacio amplio. Tras la refundación Adelante trató de ser la casa común del andalucismo.

La reducción de su espacio tanto en el interior, en su militancia, como en el exterior, en su electorado, ha hecho que mucha gente pensemos que el andalucismo hoy requiere a otros actores y a otra política de confluencia. Después de las generales se abre un proceso de debate en muchos sectores. Después del golpe de las municipales y después del golpe de las generales, muchos reflexionamos que el andalucismo nítidamente de izquierdas necesitaba confluir.

Adelante tiene un nítido perfil de izquierdas en este momento. Mientras que el Partido Andalucista, pues tuvo de todo, había mucha ideología diversa, ¿Ahora Andalucía es una plataforma de izquierdas? ¿Dónde se ubica en ese eje?

El andalucismo tal y como conocemos, desde Blas Infante, siempre ha sido nítidamente progresista, de carácter democrático y con una perspectiva de transformación social. No ha habido hasta ahora un andalucismo político que no sea progresista. Hablo de andalucismo político, no hablo de secciones regionales, como las del PP o del PSOE, sino de los espacios de obediencia andaluza.

Estos siempre han sido progresistas y con perspectiva de transformación social, lo cual no es incompatible con una transversalidad y con una política de confluencia. Eso ya lo vimos con Blas Infante. El PSA, a partir del 84, renuncia a la S y se convierte en PA y en el mismo año 84 nace Convocatoria por Andalucía que luego desemboca en IU. Es decir que cuando el andalucismo se alejó de la izquierda, la izquierda se acercó al andalucismo. Entonces esos dos espacios, la izquierda y el andalucismo siempre han sido espacios fronterizos, zonas de contacto.

Para entender la concepción de izquierda de Adelante, no creo que sea solamente un tema de izquierda, no solo está ese eje, sino que Adelante está vinculado a una estrategia de anticapitalistas de no estar con ninguna organización que tenga poder político, digamos, que gobierne. Es una de las claves del programa del troskismo desde Ernest Mandel. 

Por el contrario Ahora Andalucía, al igual que Compromís, la Chunta, BNG o Mès son espacios transversales que intentan reconstruir todo el arco progresista del país, desde la izquierda marxista hasta el centro izquierda y socialdemocracia democrática. En aquellas naciones donde el movimiento nacionalista está mucho más desarrollado surgen escisiones hacia la izquierda como el caso de la CUP. Pero en el resto de naciones, que no son País Vasco y Catalunya, hay movimientos progresistas de carácter popular. Ahora Andalucía trata de ser ese espacio en la sociedad andaluza.

¿Adelante ha respondido a su oferta de diálogo?

Bueno, yo mismo soy militante de Adelante y hay otros más en la lista. Ahora no es un partido, es una plataforma que tiene carácter de candidatura de candidaturas. Lo cierto es que desde Ahora se ha interpelado a Izquierda Andalucista, que ha entrado en diálogo y Adelante, que no ha dado una respuesta de momento. Estoy seguro de que en próximos dais o semanas, Adelante va a contestar, va a establecer un diálogo con Ahora, porque es la única opción andalucista. El conjunto de la militancia y los activistas y por supuesto, el electorado no entenderían que no hubiese un diálogo.

¿La pervivencia de Ahora Andalucía depende del resultado electoral? Planteado de otra manera: aunque no se obtenga un diputado en las europeas, ¿Podría continuar este proyecto y, llegado el caso, ver dos candidaturas andalucistas en las próximas autonómicas?

Ahora Andalucía nace como un espacio de debate que trata de llevar a cabo un debate de país, una discusión de país, que es algo que hemos visto, por ejemplo, en Catalunya con Ómnium, en Valencia con la plataforma 9 de octubre, una entidad que sea capaz de poner en diálogo a diferentes sectores. Así nace Ahora Andalucía: en los dos debates que tuvimos el 4 de diciembre en la Universidad Pablo de Olavide y el 28 de febrero en Alcalá de Guadaíra.

Ahora Andalucía no tiene la vocación de ser un partido político ni un frente electoral ni una herramienta política. Ahora Andalucía lo que quiere forzar un debate que ya está asumido por la mayoría social andaluza, que es que sin un instrumento político la sociedad andaluza no tiene capacidad de interlocutar con el Estado. Entonces los presupuestos, la inversión y toda la política del Estado no pasa por unos intereses específicos de Andalucía porque no hay nadie que negocie con el Estado como estamos viendo con otros lugares. Esa es la intención.

Como todo, en estas elecciones europeas se va a probar el deseo de la sociedad andaluza, si hay ganas de un espacio de confluencia y de una construcción colectiva. Nosotros estamos llamados a liderar ese debate y ese proceso de diálogo. Quien no quiera que este debate [se produzca] también está subiendo una posición. Yo estoy convencido que la sociedad andaluza va a apoyar esta construcción de una vía amplia y estoy seguro que debe haber una candidatura de unidad todo lo más amplia posible de cara a la autonómicas. No veo el escenario de dos candidaturas, porque yo creo que nadie en Adelante lo entendería ni en ninguna de las organizaciones ni de Adelante, ni de Ahora.

¿Qué sería un resultado bueno en estas elecciones? ¿Qué expectativas tienen?

Desde el año 2015, llevamos una década de descenso y fragmentación de la representación andalucista. Esto constituye una anomalía democrática en Andalucía: la falta de representación de sectores políticos, sociales y culturales de Andalucía en las instituciones. Adelante Andalucía surge en ese proceso de retroceso. Que pasa de 20 diputados del primer Adelante a dos diputados. Los resultados en las municipales y en las generales fueron muy duros.

Desde Ahora queremos revertir esa tendencia. Estamos construyendo ese andalucismo de urgencia que quiere darle la vuelta a esa tendencia y crear conciencia en la sociedad andaluza de la necesidad de un instrumento político. Entonces el primer objetivo es revertir la tendencia de crisis del andalucismo y que haya unos resultados positivos. Nos enfrentamos a la necesidad de movilizar a una sociedad. Lo fundamental es articular un proceso que comienza en estas europeas. El andalucismo llegó a tener diputados en Bruselas, y no es una utopía, sino un objetivo al que debemos aspirar.

El PA obtuvo representación en 1980 en el Parlamento catalán ¿Puede haber votos andalucistas fuera de Andalucía?

Esta es la candidatura de los andaluces de toda Europa. Nosotros vamos a hacer un acto en Barcelona. Tenemos inscritos en País Vasco, en Menorca, en Madrid, estamos interpelando también a los jóvenes andaluces de Berlín, de Londres. A través del voto podemos volver a tener esperanzas en que podamos transformar la realidad del país. Además siempre digo que la sociedad andaluza tiene una deuda con su diáspora. Mucha población andaluza, tanto en Catalunya como en otros lugares, va a respaldar este empujón que le queremos dar a la conciencia andaluza.

Hay ahora un fuerte dinamismo en el tejido cultural andaluz, hay un cierto orgullo de lo andaluz, de ser andaluz: ahí está, por ejemplo, la reivindicación del acento como algo natural. Hay una serie de cuestiones que están ahí ¿Dos diputados en el Parlamento de Andalucía, los de Adelante, son la traducción exacta de todo ese movimiento? ¿Qué es lo que le falta al andalucismo político para conectar con toda esta agitación?

Esta es la gran preocupación de mucha gente, el gran interrogante. Aquí hay una cuestión. Andalucía en diferentes planos es una colonia interna dentro del Estado. Esto lo hemos explicado muchas veces. En el plano cultural, que Andalucía es una colonia se demuestra porque el Estado español la estrategia que ha hecho sobre Andalucía es despojarla de sus elementos culturales fundamentales.

Siempre explico que hay dos maneras de oprimir culturalmente. Una es, digamos, aprisionarla, que es lo que hace España con el gallego, con el catalán, tratar de ahogarla y de que desaparezca. En el caso de Andalucía lo que hace el españolismo es apropiarse de sus expresiones culturales fundamentales para que cuando los pueblos oprimidos se expresen ya lo hagan como españoles. Esto lo han dicho los antropólogos, Isidoro Moreno, Soledad Castillero.

En ese sentido, Andalucía siempre suministró al Estado español una cultura que no tenía la nación castellana, la nación española. Históricamente en todos los periodos Andalucía siempre ha revestido culturalmente al Estado. Eso ha sido una forma de despojarnos de una autorrepresentación de los andaluces.

Por otro lado, hoy hay un boom cultural andaluz, que tiene que ver yo diría con dos cosas fundamentalmente. Una es la crisis de la globalización neoliberal que hace que en diferentes puntos del mundo las propias sociedades se busquen a sí misma y se busquen no en una clave de fetichismo sino conectando con otras tendencias contemporánea son expresiones de una búsqueda de una mirada futurista, digamos, lo que Califato 3/4 llama el folclore futurista.

Los jóvenes andaluces se buscan a sí mismos a través de sus raíces pero con una mirada mucho más actual. Y en segundo lugar, creo que la década del procés ha generado también una búsqueda. Es decir, se han planteado preguntas como esta: ¿Por qué nosotros los andaluces estamos aquí siendo la reserva espiritual de España, la tropa de choque de la identidad española? Muchos sectores de la sociedad han reaccionado hacia esa búsqueda de una voz propia.

Por terminar, el boom cultural siempre va antes del político. Esto hay que tenerlo muy en cuenta. Smash se disolvió en el 73, El patio, de Triana, se graba en el 75 y el 4 de diciembre fue en el 77. Digo esto porque cuando un boom cultural llega a las mayorías sociales, posteriormente se convierten en mayorías política. Entonces, yo creo que estamos en tiempo. Este ciclo no se ha cerrado. Siguen apareciendo artistas y miradas sobre la sociedad andaluza. Estamos en ese proceso y la sociedad andaluza cada vez es más madura y necesita un instrumento político.

¿El andalucismo que pregona el presidente de la Junta es un andalucismo real, de verdad capaz de conectar con estas sensibilidades de las que habla? ¿Cómo analiza la deriva andalucista de Moreno?

El andalucismo del PP es el mismo que el del PSOE y el de la izquierda española, es el andalucismo de los partidos estatales. El carácter estatal de estos partidos no le hace renunciar a un andalucismo como identidad de su federación regional. Eso hace Moreno, el PSOE, y la extrema izquierda. Hay un cierto andalucismo simbólico que adoptan las organizaciones estatales, que no tenemos que confundir con el andalucismo político.

El PP, el PSOE, Sumar o Anticapitalistas usan este andalucismo como el campo de batalla de la política estatal, como contrapeso. La gran diferencia es que el PSOE se hizo hegemónico en un momento en el que el sur de España era progresista y el norte era conservador. Estaba el PNV, CiU y en el sur, el PSOE.

La política nefasta de casino que ha hecho el PSOE en el sur le ha llevado a un desgaste tremendo y casi por inercia ha entrado el PP. Recordemos que el PP cuando entra, lo hace con Vox y con Ciudadanos, pero el PSOE de Susana Díaz gana las elecciones. El PP entró a gobernar, de milagro, cuando Juanma Moreno no era una figura relevante en la política estatal. Pero Moreno ha sabido muy bien ser continuista de las políticas del PSOE y ha tenido la capacidad de hacer lo mismo que hizo el PSOE, que es asumir el andalucismo como identidad regional y despojarlo de proyecto político.

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