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Junts activa la inviable investidura de Puigdemont y no descarta una candidatura con ERC si hay repetición electoral

La maniobra no cuenta con los apoyos necesarios por el rotundo rechazo del PSC a abstenerse. Puigdemont debería estar presente en la sesión, aunque fracase, pero la amnistía podría no estar aplicable para evitar una detención.

Carles Puigdemont en una rueda de prensa, a 13 de mayo de 2024.
Carles Puigdemont en una rueda de prensa, a 13 de mayo de 2024. Glòria Sánchez / Europa Press

En Junts per Catalunya —o Puigdemont per Catalunya como se ha bautizado la última candidatura del espacio postconvergente—, el resultado electoral ha dejado un sabor agridulce en el partido. Se han conseguido dos de los objetivos planteados: Crecer en escaños, aunque limitado a un incremento de tres, pasando de 32 a 35 diputados. Y superar a ERC para recuperar la posición hegemónica del independentismo.

Pero se ha fracasado en otros dos objetivos, quizás más importantes: Ganar las elecciones pasando por delante del PSC y, sobre todo, conseguir la presidencia de la Generalitat y formar Govern, para lo cual hacía falta reeditar la mayoría absoluta independentista en el Parlament y recomponer las maltrechas relaciones con ERC y la CUP. Lo segundo ya no hará falta porque lo primero no ha sido posible. El independentismo ha perdido la mayoría por primera vez desde el inicio del procés en 2012.

Con este escenario no previsto por la cúpula dirigente, a Junts le queda solo dos opciones: O quedarse en la oposición si Salvador Illa consigue ser investido president de la Generalitat y formar Govern. O pactar con los socialistas un Govern sociovergente.

El independentismo ha perdido la mayoría por primera vez desde el inicio del 'procés' el 2012

Dada las complicidades programáticas que en los últimos tiempos han mostrado socialistas y postconvergentes en temas clave para Catalunya como el Hard Rock, las infraestructuras viarias, o la ampliación del aeropuerto, tendría lógica la segunda opción. Pero hablamos de Catalunya, donde la política sigue sus propios impulsos. Un dirigente próximo a Puigdemont lo deja claro: "Ni Illa va a ser president con los votos de Junts, ni va a haber un Govern con el PSC, eso no va a pasar". Pero en Junts tampoco se resignan a continuar en la oposición.

Una investidura inviable

Con las dos opciones lógicas encalladas, en Junts han optado por una tercera vía, anunciada por el propio Puigdemont. Forzar un intento de investidura del expresident, a pesar de no contar con los apoyos necesarios. La justificación es que Junts lidera un bloque independentista de 55 diputados junto a Esquerra —o 59 si se cuenta a la CUP— superior al del bloque de izquierdas que con el PSC y los comuns suma 48 escaños.

El problema es que, aunque ERC participara, tampoco salen los números porque la mayoría absoluta se sitúa en el Parlament en 68 diputados. Y para ganar con la mayoría simple en segunda votación haría falta la abstención del propio PSC.

La investidura de Puigdemont como president es "inviable", según todos los actores consultados

Esta maniobra es considerada por todos los actores consultados como "inviable". Pero lo certifican tanto desde el PSC como desde ERC. La portavoz de los socialistas catalanes, Núria Parlon, asegura que "hay que aceptar el principio de realidad", en referencia al resultado que invalida la investidura de Puigdemont. Sobre la cual Parlon es tajante. "El PSC no va a hacer president a Puigdemont aunque amenacen con bloquear el Gobierno progresista del Estado". Y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, también lo deja claro: "No queremos ensoñaciones que nos paralicen y generen más desgaste y frustración".

Los objetivos colaterales de la maniobra

Cabe preguntarse pues, cuál es el objetivo de Junts para plantear una investidura de Puigdemont absolutamente abocada al fracaso. Para Puigdemont es su legítimo derecho: "En 2006, Artur Mas ganó las elecciones con seis diputados más de los que ahora tiene el PSC, pero no gobernó. El año pasado, Jaume Collboni perdió las elecciones municipales de Barcelona, fue alcalde gracias a un pacto con el PP y tiene un Gobierno en minoría. Pedro Sánchez perdió las elecciones de 2023, pese a venir de presidir cuatro años el Gobierno español, y hoy sigue en el cargo en minoría", asegura Puigdemont.

"Discutir la legitimidad de que ahora en Catalunya se pueda hacer lo mismo me parece muy incoherente y extraño y un error de quienes se han beneficiado siempre de este juego pero lo descalifican ahora", añade.

Pero dirigentes de Junts consultados apuntan a otros objetivos políticos más tácticos. En primer lugar, la investidura de Puigdemont obliga a ERC a posicionarse entre el PSC y Junts. En segundo lugar, mantiene a Puigdemont en el candelero político y el expresident gana tiempo, ya que hay que recordar que se comprometió a dejar la política si no era investido president de la Generalitat. Dar por hecho que no lo será obligaría a tomar decisiones en este sentido.

En tercer lugar, la presión sobre ERC puede comportar que finalmente los republicanos no accedan a investir a Salvador Illa, con el consecuente bloqueo y la repetición de elecciones a principios de octubre.

El nuevo 'Junts pel Sí 2.0'

Y es aquí donde entra un nuevo objetivo colateral. No son pocas las voces en Junts que plantean que el escenario de repetición electoral debería ser aprovechado para reeditar con ERC una lista independentista conjunta que emule el Junts pel Sí del 2015. Una candidatura que obviamente en Junts plantean que lidere Carles Puigdemont. Pero que veríamos si ERC estaría dispuesta a aceptar.

Reeditar una lista conjunta del independentismo puede ser el objetivo detrás de la investidura de Puigdemont

Este es un escenario que nadie verbaliza en público, de momento, en Junts per Catalunya. De hecho, la versión oficial del partido es que no quieren la repetición electoral. Ahora bien, en privado más de un miembro de la dirección argumenta las bondades de una segunda vuelta electoral y de la operación 'Junts pel Sí 2.0'. Por un lado, aseguran, "debemos recomponer la unidad del independentismo, cuando lo hemos hecho nos ha ido muy bien", asegura un dirigente.

Esta misma fuente se muestra convencida de que "muchos de los independentistas que se han quedado en la abstención lo han hecho por el hartazgo de la confrontación entre nosotros, una lista conjunta podría reactivarlos y motivarlos a volver a las urnas con un resultado que multiplicaría la suma actual de Junts y ERC".

Un planteamiento que figuras clave de la época de Junts pel Sí como Artur Mas ven con muy buenos ojos, asegura una fuente muy próxima al expresident de la Generalitat y último líder de Convergència. "El president Mas está convencido del acierto que supuso Junts pel Sí y lo volvería a hacer, avala esta opción y está comprometido a trabajar para recoser el independentismo", asegura esta fuente.

La defensa de este nuevo Junts pel Sí tiene también una justificación táctica aritmética, según explica un dirigente de Junts: "Crezcamos más o menos, juntos siempre sumaremos más que el PSC y los comuns. Con lo que la investidura se decantaría a favor del independentismo. Y juntos, Junts y ERC, tenemos suficiente fuerza para exigir que se facilite la investidura con la legitimación que da la primera posición en las elecciones". En una evidente referencia, sin explicitarlo, al papel decisivo que los dos partidos independentistas tienen en el Congreso para el Gobierno español del PSOE y Sumar.

Ganar tiempo para la amnistía

Al margen de esta operación, la repetición electoral tiene otra ventaja añadida para Junts. Supondría ganar tiempo en la aplicación de la amnistía si, como está previsto, se aprueba definitivamente en el Congreso este 30 de mayo. Aunque los asesores jurídicos de Junts, capitaneados por Gonzalo Boye, aseguran que su aplicación y efectos serán inmediatos, hay un cierto desasosiego en Junts sobre cuál será la actuación de los jueces en los dos meses que la ley contempla para dictaminar en cada caso del procés.

El último día para una investidura antes de la activación automática para nuevas elecciones es el 26 de agosto. Y cabe recordar que Carles Puigdemont debería estar físicamente en el Parlament para su sesión de investidura, tal como dictaminó el Tribunal Constitucional en su investidura no nata del 30 de enero de 2018, después de las elecciones del 21 de diciembre de 2017, en plena aplicación del artículo 155 de la Constitución posterior a la Declaración de Independencia.

Inviable o no, ya veremos, Junts ya ha empezado a armar un proceso negociador a pesar de estar destinado a quedar encallado en dique seco. Mantendrá reuniones con todos los grupos parlamentarios en paralelo a lo que haga el PSC. Y este mismo jueves Puigdemont reunirá a los electos del nuevo grupo parlamentario para analizar la estrategia relativa a su investidura.

Está por ver si la investidura de Puigdemont se acabará produciendo y si será antes o después de la de Salvador Illa. En ello tendrá una gran relevancia la composición de la Mesa del Parlament que salga en la constitución de la cámara catalana el próximo 10 de junio. Ya que será la encargada de tomar una decisión al respecto. Pero en cualquier caso, habrá que estar más atentos a los resultados colaterales de esta operación que a los de la aritmética parlamentaria que la hacen prácticamente inviable, si la sesión se acaba produciendo.

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