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ERC se desploma, anuncia que estará en la oposición y tendrá que elegir entre el bloqueo o investir a Illa

Esquerra Republicana de Catalunya pierde 13 escaños y obtiene la tercera posición en las elecciones catalanas. Pere Aragonès ha puesto la pelota en el tejado de PSC y Junts.

Aragonès
Pere Aragonès, en uno de los actos de campaña de estas elecciones catalanas. David Zorrakino / Europa Press

La noche y las próximas semanas serán muy largas para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La candidatura encabezada por Pere Aragonès ha perdido 13 escaños con respecto a las elecciones de 2021 y se ha quedado con 20. Es tercera fuerza en el Parlament de Catalunya y pierde cualquier opción de revalidar la presidencia de la Generalitat. Sin embargo, los malos resultados no le han arrebatado la llave con la que podría hacer presidente a Salvador Illa (PSC).

"Haremos lo que ha querido la ciudadanía de Catalunya", ha dicho Aragonès en la valoración de los resultados: "Estar en la oposición". Así, sin dar lugar suspicacias, Esquerra se quita del mapa de las negociaciones para un eventual tripartito de izquierdas. PSC (42 escaños), Comuns (6) y ERC sumarían, pero los republicanos lo descartan por completo. No estarán en ese Govern.

Existe la opción, en cualquier caso, de apoyar desde fuera la investidura de Illa. Sobre eso no ha hablado, consciente de que puede ser la única opción para no condenar a Catalunya en un bloqueo político y posterior repetición de elecciones. Eso sí, Aragonès ha puesto la pelota de conformar una mayoría de gobierno en el tejado de PSC y Junts per Catalunya. "Tienen la responsabilidad".

La principal lectura que hace la formación de su estrepitosa derrota es que la "polarización" entre Carles Puigdemont y Salvador Illa ha marcado el voto de los catalanes. Lo ha dicho Aragonès en público y otros líderes lo han comentado en privado. Una dirigente republicana deslizaba, cuando empezaba a asomar el mal resultado de ERC, que ha sido "muy difícil" hacer campaña con toda la conversación política centrada el PSC y Junts per Catalunya.

Pero los pactos y el apoyo —o la ausencia de él— a un posible Govern de Illa es solo uno de los problemas que tiene ERC. El segundo es examinar por qué han perdido la confianza de casi 180.000 catalanes. Aragonès ha reconocido que la "política de negociación" del Govern no ha convencido al electorado.

Vienen tiempos de "reflexión", ha reconocido la portavoz de la formación, Raquel Sans. Está por ver si esa reflexión se transformará en decisiones y en quién es el objeto de ellas. Las próximas horas o días serán cruciales en términos de asunción de responsabilidades. "Personales y colectivas", ha dejado caer Aragonès. Los aplausos de los dirigentes de ERC por el esfuerzo de la campaña, a veces naturales y a veces coreografiados, no han escondido la tensión de sus gestos.

Por territorios, ERC ha perdido siete escaños en la circunscripción de Barcelona. Ha pasado de 19 a 12. En las otras tres provincias, ha perdido dos en cada una de ellas. Se ha quedado con dos en Girona y con tres en Tarragona y Lleida.

Una voz autorizada de dentro del partido, en un intento, bien acogido por la parroquia, de destensar el ánimo, ha trazado una analogía entre la popular tradición catalana de los castellers y el batacazo electoral. "Los castells se caen, pero siempre se levantan".

El momento de Illa

La noche electoral ha sido una pesadilla para los republicanos. Durante la última semana de campaña, se consagraron a convencer a los indecisos, pero no han quedado ni cerca. La tragedia ha empezado a dibujarse ya desde el principio del conteo y se ha confirmado al final de una noche que ha dado una gran victoria a Salvador Illa y una llave de la Generalitat que ERC se ve obligada a compartir con Comuns.

Illa ya ha dicho que se postulará para ser president y Jéssica Albiach le ha llamado para animarle a conformar un Govern progresista. Además, también le ha pedido que aleje la idea de intentar un entendimiento con Carles Puigdemont.

Pero en todo este dibujo postelectoral, ERC es la piedra angular. La idea de apoyar un Govern de Illa ha sobrevolado, de forma constante, el ambiente en el pabellón de la Estació del Nord, el lugar que los republicanos han elegido para seguir la noche electoral. Nadie ha dicho, no obstante, una sola palabra sobre ello. Quizá, porque será un debate que invadirá la organización de inmediato.

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