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Las cuatro tumbas y una fosa común de José Antonio Primo de Rivera, padre del fascismo español

El fundador de Falange será trasladado al Cementerio Sacramental de San Isidro en Madrid este lunes, cerrando así, 87 años después de su muerte, un periplo funerario por el Cementerio de Alicante, el Monasterio de El Escorial y el Valle de los Caídos.

Falangistas durante una manifestación para conmemorar el 86º aniversario de la muerte de José Antonio Primo de Rivera, a 19 de noviembre de 2022, en Madrid (España)
Falangistas durante una manifestación para conmemorar el 86º aniversario de la muerte de José Antonio Primo de Rivera, a 19 de noviembre de 2022, en Madrid. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

La exhumación de José Antonio Primo de Rivera (1903-1936) este lunes del Valle de Cuelgamuros en virtud de la Ley de Memoria Democrática y a petición de su familia constituye el final del periplo funerario del padre del fascismo español, tras las cuatro sepulturas que ha ocupado desde que murió ajusticiado por la Segunda República Española, el 20 de noviembre de 1936 en el reformatorio de adultos de Alicante. 

El fundador de Falange Española, junto con Julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas, en octubre de 1933, José Antonio, primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera, fue fusilado en Alicante tras ser declarado de culpable de haber instigado el golpe militar del 18 de julio de 1936. 

Cuando la sublevación se produjo, José Antonio cumplía condena en el reformatorio de Alicante por la extrema violencia desplegada por los falangistas tras el triunfo en las elecciones del Frente Popular. Falange fue declarada ilegal por el Gobierno de la República. Desde el penal, envió cartas a los generales más reaccionarios, como Mola, pidiendo acelerar el golpe que ya se estaba fraguando desde hacía meses. 

Dos tumbas en Alicante

Tras su ejecución, fue enterrado en una fosa común en el Cementerio de Alicante junto con otros fusilados, la fosa número 5, fila 9, cuadro 12. En dicho camposanto ocupó dos tumbas, ya que a los pocos días de la victoria del bando sublevado, el 4 de abril de 1939, José Antonio fue rescatado de la fosa común y trasladado a un nicho con todos los honores, nicho 515 de segunda andana, grupo 35. Su cadáver permaneció allí unos meses, hasta que el 19 de noviembre de 1939 el dictador Franco ordenó su traslado al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. 

El traslado del féretro desde Alicante fue realizado a pie a hombros de falangistas que se iban turnando día y noche y que tardaron diez días en completar los 500 kilómetros. En El Escorial lo recibió Franco con salvas de artillería. Los restos de José Antonio fueron enterrados a los pies del altar mayor de la Capilla de los Reyes, lo que molestó al sector monárquico del régimen.

En marzo de 1959, una vez concluida la construcción del que fue el gran mausoleo franquista, el Valle de los Caídos, hoy renombrado, Cuelgamuros, Franco ordenó el traslado de los restos de Juan Antonio a un lugar de honores de la basílica, en el centro, bajo una lápida con una cruz y solo con el nombre de José Antonio. 

El periplo del fascista se cierra así, 87 años después de su muerte, con la última exhumación y la inhumación en el Cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid, lugar escogido por la familia.

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