Este paisaje es uno de los más bonitos y desconocidos de Asturias

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No es aún Benidorm ni Ibiza, pero Asturias se está convirtiendo en uno de los destinos turísticos españoles más deseados. Su venerada gastronomía, su orgullosa historia y una meteorología más suave, que permite a los viajeros huir del calor achicharrante de otras latitudes, ha impulsado el interés turístico de esta región. Y la naturaleza, por supuesto, ese frondoso edén que nos embruja en cada foto. 

Y aunque la Ruta del Cares o la Senda del Oso tampoco son como la Gran Vía durante el Puente de la Constitución, si quieres disfrutar del paraíso natural asturiano en un lugar menos concurrido, acompáñanos en esta ruta por el Parque Natural de Redes para conocer uno de los hayedos más bonitos y desconocidos del Principado. 

Desde Langreo a Redes, de la mina a la montaña 

Blimea - Fuente: Depositphotos
Blimea y el río Nalón- Fuente: Depositphotos

La AS-117 es una de las carreteras más icónicas de Asturias porque recorre todo el valle del Nalón, el río más largo del Principado. Desde el concejo de Langreo, epicentro de la tradición minera y la industria siderúrgica asturiana, el paisaje va espesándose a medida que avanzamos hacia las montañas.

Pasamos el municipio de San Martín del Rey Aurelio y el de Laviana para entrar en el de Sobrescobio. Aquí ya se asoman los primeros bosques de robles y hayas del Parque Natural de Redes, que se nutren del agua del Ponga y el propio Nalón, además de sus afluentes, entre los que se encuentra el río Orlé, de apenas 12 kilómetros, que vierte sus aguas al embalse de Tanes, ya en Caso

A buen seguro que no podrás resistir la tentación de parar en este punto y echar tus primeras fotos a esta combinación tan asturiana de agua y bosque. Pasando el embalse, una carretera de montaña conduce hacia Caleao, otra de esas aldeas que se ha convertido en una meca del turismo rural asturiano.  

Río Nalón - Fuente: Depositphotos
Río Nalón – Fuente: Depositphotos

Pero nosotros seguimos un poco más, hasta llegar a Campo de Caso, la capital del concejo. Pero esta no es una capital como estamos acostumbrados los urbanitas, por supuesto: no llega a los 300 habitantes. 

Y antes de dirigirnos al Centro de Recepción e Interpretación del Parque Natural de Redes, una parada para disfrutar de uno de los tesoros gastronómicos de la tierra, el queso Casín que lleva el nombre del concejo y es uno de los cuatro con denominación de origen en el Principado junto al Cabrales, el Gamonéu y el Afuega’l Pitu. Según nos cuentan, ya existen documentos que certifican la existencia de este queso desde el siglo XIV, usando siempre leche de la vaca asturiana de montaña o casina. 

Y si quieres conocer un poco más sobre una de las tradiciones más entrañables de Asturias, pásate por la aldea vecina de Veneros, donde podrás visitar el Museo de la Madera y de la Madreña (MUMA), un calzado imprescindible para moverse por los caminos embarrados de esta tierra.

Una ruta para descubrir el Hayedo de Orlé 

Orlé - Fuente: Wikimedia
Orlé – Fuente: Wikimedia

Con el estómago agradecido y conociendo un poco más sobre la historia de la tierra, es hora de ponernos en marcha para disfrutar de la naturaleza que luce en este concejo. Avanzamos diez kilómetros más hasta la aldea de Pendones, donde arranca una de las rutas que nos llevará a disfrutar del Hayedo de Orlé, uno de los tesoros naturales más deslumbrantes del Parque Natural de Redes. 

Se trata del sendero PR AS-64 de algo más de 10 kilómetros, que se puede recorrer en unas cinco horas sin prisa. Para iniciar la ruta deberás encontrar un abrevadero que se ubica al final del pueblo. A su izquierda arranca una pista que conduce al depósito de agua donde comienza el primer tramo de la ruta que es el más duro ya que pasaremos de los 750 metros de altitud a los 1.400 en los primeros cuatro kilómetros.  

Uno de los puntos más interesantes en este primer tramo es la majada del Juacu. Esta clase de parajes son todo un símbolo de la montaña asturiana, y en particular de este concejo: zonas de pasto con cabañas y cuadras que sirven de refugio al pastor y el ganado en las épocas de pastoreo, cuando ya han pasado los peores momentos del invierno y se acerca el buen tiempo. 

Tal es la relevancia de estos parajes en Caso, donde podemos encontrar más de 100 majadas catalogadas, que el concejo llevó a cabo un proyecto de recuperación de las mismas que fue premiado en el III Concurso de Proyectos para el Incremento de la Biodiversidad hace unos años. 

Hayedo de Orlé - Fuente: Wikimedia
Hayedo de Orlé – Fuente: Wikimedia

Tras pasar El Juacu, ascendemos hacia el Colláu Capiella, entre la Carrasca y el Pico La Senda, ambos por encima de los 1.700 metros de altitud. Tras admirar las vistas del Parque Natural de Redes de este este punto es hora de iniciar el descenso hasta alcanzar el fondo del valle donde ya comenzamos a oír el rumor de las aguas del Orlé que nutren el hayedo que va dominando el ambiente hasta el final de la ruta en el propio pueblo de Orlé

La pradería de Conforcos, la majada de L’Acebal y los puentes de Vallumasaltu y Vallu son los últimos puntos de esta ruta antes de llegar al pueblo. En este último tramo, la senda ofrece un escenario de cuento: un camino empedrado que se abre paso entre un espeso bosque de hayas

Como complemento a esta ruta desde Pendones, podemos hacer un sendero audioguiado que parte de Orlé y que incluye 6 paneles interpretativos y 3 balizas, una audioguía que puede adquirirse en el Centro de Interpretación del Parque Natural de Redes.  

Esta senda recorre parte de la ruta precedente incluyendo el hayedo de Orlé, pero desviándose en su parte final hacia la majada de Melordaña al norte del Pico Carrasca: otro fantástico paraje para disfrutar de la naturaleza asturiana menos concurrida. 

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